Estudiando sobre Mindfulness, encontré este artículo que me encantó. La metáfora creativa que hace el autor Antonio Crego del “Bosque” con el cerebro y nuestra mente.
Pero, ¿Cuál es la deferencia entre cerebro y mente? Entendamos como cerebro al centro biológico que recibe los estímulos del interior y del exterior de nuestro cuerpo, y mente lo que el cerebro hace, el conjunto de actividades y procesos conscientes e inconscientes, cognitivos, afectivos y, conductuales.
Una vez entendidos los conceptos, cito textualmente una parte de la maravillosa metáfora:
“Nuestro cerebro es el «bosque de neuronas» que guarda «los secretos de la vida mental»(*). Los pensamientos, emociones y sensaciones que experimentamos, e incluso la propia noción de quienes somos, hunden sus raíces en alguna parte de su suelo. En un bosque así es fácil perderse, quedar atrapado, o incluso tener algún que otro desencuentro con las variadas criaturas que lo pueblan. A veces, las emociones negativas cuelgan de las ramas de sus árboles como si fueran serpientes en la selva, y algunos pensamientos pueden ser tan perturbadores como una lechuza en plena noche.
Pero nuestra mente también es un bosque majestuoso, lleno de caminos seguros y tranquilos por los que pasea la razón, de manantiales que inspiran nuestra creatividad, o de tranquilos claros en los que encontrar un momento de calma y paz”. *
Resulta interesante observar que nuestro cerebro funciona de manera orgánica ante los estímulos que percibimos a través de los sentidos, son sensaciones, que generan emociones, en donde entra en acción nuestra mente.
Hasta ahí, todo va bien; en donde podemos perdernos, como dice el autor, es cuando quedamos atorados en esas “ramas de emociones negativas” , que yo llamaría pensamientos negativos; que cuelgan dentro de este “bosque misterioso y abstracto de neuronas y conexiones energéticas”, perdiendo la consciencia de la experiencia del aquí y el ahora, en una conducta reactiva y poco compasiva, no solo hacia el o los generadores externos o internos de los estímulos, sino hacia nosotros mismos poniendo en riesgo nuestro equilibrio y salud mental.
Y entonces… tenemos las técnicas de Mindfulness que nos ayuda a conducirnos a esos “caminos seguros y tranquilos, a esos manantiales de creatividad y serenidad” recordándonos cada vez que practicamos mindfulness que debemos seguir hacia el aquí y el ahora de las sensaciones de los estímulos percibidos por el cerebro, sin juzgar y sin apego a esos pensamientos negativos, es decir; VIVIR EN LA CONSCIENCIA, VIVIR MINDFULNESS.
Claudia Muñoz. Instituto Mindfulness de México
*(Crego, Antonio. Investigación y Ciencia, Septiembre 2014)